Ya todo el mundo rumorea lo mismo desde hace años: ¿es el comienzo del fin de Facebook?. Esta red social surgió de un proyecto individual del estudiante de la Universidad de Harvard, Mark Zuckemberg. Fue utilizada por los alumnos dentro de la universidad desde el 4 de febrero de 2004.
Comenzó como una herramienta de contacto instantáneo entre personas de una misma universidad pero, al hacerse público en 2006, otorgó la posibilidad de publicar cada momento de tu vida y encontrar personas que viven del otro lado del mundo o con las que hace mucho habías perdido el contacto. Todo estaba al alcance de nuestras manos, la aplicación marcó el inicio de una nueva era de las redes sociales.
Con el paso del tiempo, Facebook comenzó a añadir juegos de gran atractivo y, con la llegada de los smartphones, la gente empezó a utilizar cada vez más esta red.
En el año 2012 la empresa hizo su debut en la bolsa y fue valuada en 104 mil millones de dólares. Hoy en día, Facebook es propietario de Instagram y WhatsApp, y cuenta con su propio servicio de mensajería: Messenger.
Como suele ocurrir con estos enormes proyectos, unos colegas demandaron a Zuckerberg por robo de ideas, por lo cual tuvo que pagar 65 millones de dólares para sostener el imperio que había comenzado a construir.
Una red tan utilizada en todo el mundo, trae también sus complicaciones. Cada usuario proporciona su información personal, mensajes, fotos, lugares por los que transita, entre otros datos. Mark Zuckemberg es dueño de los datos personales de 2200 millones de usuarios solo en Facebook.
Distintas aplicaciones piden permisos a los usuarios para poder acceder a diferentes datos de las cuentas almacenadas cuando es requerido, lo que derivó en un problema legal con Cambridge Analytica, una compañía de investigación que recopila y analiza datos para utilizar en publicidad y propaganda que creó una aplicación con la cual pudo infiltrarse en los datos de la red social y recopilar mayor información.
Los usuarios que instalaban esta aplicación fueron retribuidos económicamente por la compañía pero debieron permitirle el acceso a sus datos y los de sus amigos en la red. Estos datos habrían sido utilizados para crear propaganda para distintos líderes del mundo, entre los cuales se encuentra Donald Trump.
A este escándalo, que evidencia la fragilidad en la seguridad de la información en la principal red social del mundo, se le suma la enorme cantidad de noticias falsas que circulan en la red. Según testimonios de exempleados, había un equipo reducido que controlaba las publicaciones para verificar que no haya contenido violento ni pornografía, pero nadie se encargaba de evaluar la veracidad de las noticias, lo cual es sumamente peligroso teniendo en cuenta la influencia que tienen este tipo de publicaciones.
Todo esto produjo grandes bajas en la red social. Aunque los usuarios no eliminaron su perfil, muchos han dejado de utilizarla. Facebook está siendo reemplazada y a pesar de los esfuerzos del equipo por actualizarla y mantener a los usuarios, parece que ya no hay vuelta atrás: nos encontramos ante el comienzo del fin de Facebook.
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